Entre hórreos, molinos o palomares: edificaciones de antaño que siguen vivas en nuestros paisajes

Cuando los colonizadores europeos empezaron a transportar maíz de América a Europa, vieron que se adaptaba bien al clima húmedo y templado de Galicia. 

Además, la región contaba ya con edificaciones elevadas del suelo que permitían mantener las cosechas de grano y otros alimentos a salvo de las inclemencias del clima y los animales. Se trataba de los hórreos.

 A varios cientos de kilómetros de allí, en el interior de la península, las necesidades eran diferentes. Otro clima y otros cultivos hicieron que a lo largo de los años se levantasen silos, palomares o molinos de viento. Construcciones que, en su mayoría, ya no se usan como antes, pero siguen en pie.

Hacemos un repaso de varias construcciones tradicionales de diferentes zonas de España que fueron necesarias en otra época y que ahora representan parte de su historia y su paisaje.

Los hórreos del norte

Los hórreos son construcciones que sirven para almacenar, secar y conservar alimentos. Algo que en Galicia, Asturias y el norte de Portugal, en donde son más habituales, exige un buen aislamiento, ventilación y protección frente a la humedad.

Se trata de cámaras de almacenaje de piedra o madera, separadas del suelo por soportes. Aunque su forma y sus materiales dependen en parte de la zona y del tipo de grano que se buscase almacenar, suelen tener características comunes. Por ejemplo, lo que en Galicia recibe el nombre de tornarratossuperficies normalmente convexas que separan la cámara de las columnas u otros soportes, y que impedían que los roedores accediesen a la comida. Del mismo modo, en los pies suelen tener tornaformigas. Pequeñas fosas llenas de agua que evitan la subida de las hormigas a las cámaras.

Se estima que los hórreos son la evolución de edificaciones ya usadas en los poblados celtas. Aunque la primera representación gráfica que se conserva se encuentra entre las páginas de las Cantigas de Santa María, atribuidas a Alfonso X el Sabio, y datadas del siglo XIII. Una prueba que sugiere que estas edificaciones se usaban mucho antes de la introducción del maíz en Europa.

Sin embargo, una vez que se introdujo, muchos hórreos fueron construidos específicamente para almacenar este alimento. Y algunos siguen usándose hoy.


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∴ Imágenes | Wikimedia Commons/Feliciano Guimarães, Hórreos de Galicia

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