El abuelo del coche autónomo que diseñó Leonardo da Vinci

Hace ya más de 500 años que Leonardo da Vinci imaginó lo que hoy todos deseamos: un coche económico, autónomo y de cero emisiones. El ingeniero italiano diseñó los bocetos de un vehículo autopropulsado que se desplaza durante varios metros con una trayectoria que es posible definir de antemano.

Los planos de este coche autónomo permanecieron durante siglos sobre el papel hasta que, en 2004, un grupo de ingenieros italianos decidió hacerlos realidad. Tras realizar pruebas digitales y elaborar varias maquetas, confirmaron que, por supuesto, el coche de da Vinci funcionaba.

Un coche en los teatros

Para entender mejor la historia del vehículo autopropulsado debemos viajar a la Italia del Renacimiento. Por aquel entonces, los eventos teatrales y las grandes fiestas vertebraban la vida de la alta sociedad. La aristocracia no escatimaba en gastos a la hora de contratar músicos, dramaturgos y otros artistas para amenizar sus veladas.

Las familias más prestigiosas y poderosas iban un paso más allá y contaban también con la ayuda de ingenieros para montar complejas escenografías. Y es aquí donde entra en juego Leonardo da Vinci: se cree que el vehículo autopropulsado, que diseñó entre 1478 y 1480, fue un encargo de la familia florentina Medici para una de estas grandes y opulentas obras de teatro.

“Las cortes del Renacimiento necesitaban artistas-ingenieros que fueran capaces de diseñar máquinas, escenografías, vestuario, armas o instrumentos musicales, y que ocasionalmente pudieran actuar”, explica Matthew Landrus en su libro ‘Los secretos de Leonardo da Vinci’. “Las pruebas demuestran que Leonardo intervino en producciones teatrales y en la organización de actos públicos”.

Todo parece indicar que da Vinci diseñó este coche para que se moviese en una superficie llana y pequeña, como un escenario. Quizá, su uso era el de transportar elementos móviles, como partes del decorado, durante la función. Tal y como señala Landrus, si hubiese sido pensado para utilizarlo en otros contextos, como el militar, sus ruedas y su bastidor tendrían otras características para adaptarse a un terreno irregular.


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∴ Imágenes |  Silvia Maidagan (Unsplash) 

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